divendres, 13 de gener del 2012

Un paseo danés (con la excusa de las fachadas ligeras)


En uno de los primeros cursos de la carrera, en la asignatura de construcción, te explican las virtudes de la fachada ventilada. Virtudes que hoy nadie las discute: están recogidas en el CTE. Junto a la teoría iba un detalle constructivo de solvencia contrastada, detalle donde la hoja exterior es una fachada de obra vista, o sea, que la hoja ‘ligera’ que colgamos pesa unos 200kg/m2 y es prácticamente idéntica a la ‘pesada’. Algo extraño si que era, por suerte la vida no termina en esos primeros cursos, y, en mi caso, mi siguiente descubrimiento fue un estudio danés: Tegnestuen Vandkunsten.


Tegnestuen Vandkunten es un grupo de arquitectos que empiezan a trabajar a principios de los 70 en el Copenhague de Christiania, donde la revuelta hippie, el anarquismo y los primeros pasos del ecologismo conforman las secuelas ideológicas del 68 que marcaron los trabajos de este equipo y quizás de toda su generación. La influencia de Ralph Erskine, que no andaba muy lejos, ni geográfica ni ideológicamente, es evidente, incluso en Tiergarden 1, el primer proyecto importante, introducen sistemas de participación de los usuarios, como en el celebrado The Byker de Erskine. Aunque podríamos decir que la arquitectura de Vandkunsten tiene algo más de localista o de romántico.

Durante los primeros 20 años se dedicaron casi en exclusiva a la vivienda, con dos constantes:

- Propuestas de baja altura y alta densidad, concepto que no inventaron ellos. De hecho es un concepto que a partir del 65 se extiende por toda Dinamarca como respuesta a los bloques de pisos anodinos y como producto de una política de vivienda pública a partir de entonces dirigida a las clases medias. E incluso aquí, en Barcelona, Joan Bosch ya había construido las casas blancas de Montbau, de las que algún día hablaré, pero Vandkunten desarrolla una tipología con espacios mancomunados de gran interés que prácticamente se convierte en seña de identidad.



Trato de imaginar esta bucólica escena familiar en los espacios comunes de nuestros edificios de viviendas y no es fácil.



















- La otra constante es el uso de los materiales, especialmente los de fachada, donde no hacen distinción entre materiales ‘nobles’ y ‘pobres’. Así madera, ‘uralita’, chapas grecadas o aglomerados de virutas, son utilizados indistintamente, de forma unitaria o en una suerte de collage, tanto en las promociones de vivienda como posteriormente en los edificios de uso público. A diferencia de Gaudí, donde la mano del genio que habla con Dios redime los materiales pobres u obsoletos elevándolos a piedra de catedral, aquí los elementos industriales (pobres) se utilizan para lo que fueron pensados, aunque no de forma convencional (no se me ocurre otra palabra), a lo Erskine.




La fachada ventilada, ahora que se trataba de una simple chapa metálica o una plancha de ‘uralita’ tomaba sentido, y más que lo tomaba cuando la hoja interior también era ligera, con toda la construcción ‘en seco’.

Hoy, acostumbrados a escoger nuestras fachadas ligeras entre los catálogos de las marcas comerciales, nos parece de otro siglo, y lo es, el uso de criterios de carácter ideológico (tampoco se me ocurre un término mejor) para la elección de los materiales.

Hace más de 15 años que no he vuelto a Dinamarca, y ha llovido suficiente incluso para que la derecha llegara al poder 70 años después (con partido xenofobo incluido), suficiente para que las estrellas mundiales fueran invitadas, para construir y pensar a lo BIG, y para que Vandkunsten siga construyendo, y vista su página web quizás ya no parecen tan localistas ni quizás tan interesantes.

Todas las imágenes estan sacadas del Arkitektur DK  4-5 de 1994





5 comentaris:

  1. Con el individualismo a ultranza que impregna hoy la vida pública y privada, esos espacios mancomunados serían impensables en nuestro pais. Llenas de pintadas, suciedad y meadas, me las imagino. Abandonados por sus vecinos, recluidos en su felicidad particular. ¿O hay ejemplos que funcionan?
    Markus

    ResponElimina
  2. Hola Markus, he tenido un problema con internet y hasta hoy no he podido intentar contestar. Yo aquí no conozco ejemplos de espacios comunes que funcionen así de bien, lo que no quiere decir que no los haya. Pero en Dinamarca, sin duda hay una tradición de espacios como éste: los interiores de manzana, que todos los vecinos comparten para comer al aire libre o donde los juguetes de los niños quedan por la noche aparcados sin temor que nadie le de un disgusto al niño

    ResponElimina
  3. Para que estos espacios funcionen en un paìs como el nuestro es necesario que primero haya un cambio social y de concienciaciòn respecto a la convivencia y al respeto. En estos momentos no respetamos lo que no es nuestro o los espacios de uso comùn (hablo en general), por tanto es impensable uno de estos proyectos.
    Dinamarca es un ejemplo de civismo.
    Sara M.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Estoy de acuerdo contigo Sara, pero al decirlo me doy cuenta que no sé por qué lo estoy. Me parece que es así, pero sólo me lo parece... Igual voy pensando una entrada donde demostrar todo lo contrario: que estos espacios ya existen entre nosotros...

      Elimina
  4. Prefiero pensar que no existe tal cosa como un gen de la convivencia (del cual la naturaleza nos privó), prefiero pensar que a convivir se aprende y para eso se necesita lugares donde practicar. Y quizás sí tenemos espacios de uso común 'similares', estan las piscinas comunitarias, sí, ya se que mucho más cerradas, regladas (sin lugar para la improvisación) y por lo que comentan quienes disfrutan de ellas eterna fuente de conflictos...pero estan.

    ResponElimina