Subo a la azotea para encontrarme con Santa María del Mar. Nos espera espléndidamente fondeada entre una marea de desconchados y de ocres, de palomares emergiendo entre antenas y ropa tendida...
Recuerda a un gato ronroneante, de ojos cerrados ante una ventana que ve pasar los siglos como nosotros los días.
Los gatos no ríen, así que poco se puede cachondear cuando oye a quien que se llena la boca de "sostenibilidades". También encontrarían el chiste demasiado malo, y es que no conocen otra "sostenibilidad" que la de el sentido común. Pero no hay máster ni MBA ni asesor político que enseñe a cuantificar ese sentido común, a convertirlo en coartada con la que eludir responsabilidades. Para eso ya se inventó la burrocracia.
El mundo algún día será automático.
Jo crec que és la galera de Machacado, varada a la platja, aguardando un juguete llamado arte.
ResponEliminaSimón Rodia